viernes, 20 de septiembre de 2013

Conocimiento empaquetado

Leo en el portal de Relpe (la red de portales educativos de los ministerios de Educación de 16 países latinoamericanos) un artículo del pedagogo español Manuel Area. Comienza así:

Los libros de texto son el material didáctico más genuino de la escuela del siglo XX. Son la seña de identidad de un modo de entender la escolaridad basada en una concepción enciclopedista y bancaria (por emplear el término que en su momento sugirió P. Freire) de la enseñanza ya que en sus páginas está empaquetado el conocimiento de una determinada materia y nivel educativo que debe enseñarse y aprenderse a lo largo de un curso escolar.Los libros de texto, además de ser una tecnología o recurso didáctico, también tienen una dimensión industrial y comercial. Son un objeto o producto tangible y físico que tiene que ser producido a gran escala y que exige distintos agentes participantes en dicho proceso: el autor o autores, el editor, la imprenta, el distribuidor, el almacén, y la librería. Lo cual implica que, inevitablemente, en torno al mismo giran muchos intereses económicos configurando un subsector relevante de la industria cultural de un país.
Escribo para que el pedagogo Area me explique:

Solo tengo algunas preguntas sobre los dos primeros párrafos.
¿Lo que molesta es que esté todo lo que corresponde a una materia y un año en un mismo libro?, ¿qué se ganaría con tenerlo distribuido?, el tener el “paquete”, ¿impide que los niños y jóvenes consulten otras fuentes?, un “paquete” hecho por un docente, ¿no es un “paquete”?
Y en cuanto a los agentes, ¿dejaría el autor de ir al hospital si se enterara que los médicos que allí atienden cobran un sueldo? En ese caso, ¿preferiría atenderse gratis con un vecino?
Espero ansiosa las respuestas.



domingo, 15 de septiembre de 2013

Por qué no es adecuada la comparación con Linux

Leo en un blog dedicado a las nuevas tecnologías esta analogía.

Si existen los libros es para comodidad del docente. Crear libros de texto abiertos en Creative Commons los haría públicos y -posiblemente- de una calidad magnífica, pues la comunidad podría contribuir en ello. Un ejemplo clásico está en la informática y los sistemas operativos. Los mejores sistemas de cómputo del mundo no funcionan con sistemas operativos como AIX o Windows desarrollados por IBM o Microsoft, sino con Linux, que fue creado por un profesor universitario, que es abierto y cualquiera puede contribuir o modificarlo a su antojo. ¿Por qué iba a ser diferente el desarrollo de los libros de texto?

Fuente: http://www.faq-mac.com/reportajes/imposible-viaje-libro-texto-papel-digital/50419?utm_source=buffer&utm_campaign=Buffer&utm_content=bufferc010e&utm_medium=twitter

Dejo para el final la primera afirmación y voy a las"trampas" de esta analogía que parece bastante sugerente. Son tres.
1) Pensar el libro como pura autoría.
2) Pensar que cuantas más manos intervengan en la factura mayor calidad tendrá el producto final.
3) Olvidar que Linux es una herramienta, y no un contenido.


Punto 1
Los libros de texto actuales suelen requerir el concurso de varios autores, por la sencilla razón de que se busca que los textos sean escritos por especialistas en la materia. Hay diferencia entre disciplinas y niveles de enseñanza, desde ya, pero en general es difícil encontrar autores que se manejen con la misma soltura en todos los puntos de un programa de estudio. Por dar un ejemplo, que escriban con la misma solvencia sobre la Prehistoria y sobre la Revolución Francesa.
Supongamos que no existe esa dificultad y que todos los docentes están en condiciones de elaborar textos de la mayor calidad. De ahí al libro, en papel o en formato digital, hay un largo trecho, una cuidada serie de mediaciones que aportan valor al producto final: la edición, la corrección, el diseño, la ilustración, la cartografía. Ninguna de ellas está incluida en la formación docente. Los libros "caseros" de pura autoría representan, en ese sentido, una vuelta a los tiempos preindustriales y tiran por la borda todos los avances registrados en esos campos.

Punto 2
Para hacer un libro de la mayor calidad se necesitan autores competentes, un editor, un corrector, un diseñador, un ilustrador, un cartógrafo y un documentalista que también pueda encargarse de organizar una producción fotográfica. Digamos, por lo general, 10 o 12 personas empleadas directamente en el proyecto. Si las personas que intervienen no son 12, sino 2, seguramente la calidad será inferior; si las que intervienen son 100, la calidad será inferior sin ninguna duda, porque el libro habrá perdido unidad y se habrá convertido en un Frankenstein. La capacidad de ver un libro como un todo orgánico y darse cuenta de sus posibles incoherencias o lagunas es una competencia profesional que no viene dada con la formación docente y que es un bien muy escaso incluso en el ámbito editorial.

Punto 3
Los libros, en cualquier soporte, no son, en sí, herramientas: están cargados de sentido; tiene sesgos, énfasis, dialogan con otros libros del pasado y del presente, no son neutros. Difícilmente puedan evaluarse solo en términos de usabilidad. De allí la necesidad de que estén sometidos a la consideración pública y no recluidos en las paredes de una clase. No objeto de ningún modo la idea de que los docentes enriquezcan sus clases con materiales propios, pero basar la presentación de los contenidos en materiales de circulación limitada me suena a nostalgia conservadora. Por otro lado, "sumergidos en la maraña de la web" no es lo mismo que "sometidos a la consideración pública" por la misma razón que no hay mejor escondite que una ciudad de millones de habitantes.

Ahora la primera afirmación. Estimado Pablo Romeu, colega docente de Valencia, no te conozco pero comento tus dichos porque forman parte de un sentido común sobre los libros de texto que ha llegado a ambas orillas del Plata de la mano de la importación didáctica de los años 90. Tú como otros muchos dices: "Si existen los libros es para comodidad del docente". Pablo, estamos en el 2013 en este mundo globalizado para bien y para mal, no en un templo sumerio. Leer/usar/aprender con/discutir libros escritos (y editados) por otros es la regla general de cualquier comunidad letrada.

domingo, 8 de septiembre de 2013

Un lector

Imperdible artículo de Octavio Paz sobre los libros de texto editados por el Estado mexicano en 1992.
Una muestra de que se puede tener una opinión fundada sobre los libros en circulación sin necesidad de sumergirse en pantanos didácticos. Solo hay que leer con atención y honestidad intelectual. Se trata de una competencia ciudadana, más que pedagógica.
¡Gracias Virginia, por el enlace!

Aquí van unas flores del Etna para cerrar el primer fin de semana del blog.

Adecuación

Adecuación es otra palabra que aparece a menudo en los artículos y libros que proponen no usar libros de texto. Aquí un pasaje ilustrativo de Enrique P. Mesa García, de la Asociación de Profesores de Filosofía de Madrid.
Empecemos por los profesores. ¿Por qué los profesores mandan libros de texto? Parece claro que debería formar parte de la labor docente el generar materiales propios y personales para dar las clases. Ello es así porque se supone que es el profesor quien mejor conoce qué deben saber sus alumnos, la selección y forma del currículo oficial, y como adaptar esta selección. Así, la creación de un material curricular propio debería, pues se puede presuponer que el profesor sabe qué necesitan sus alumnos mejor que una editorial ajena, ser un hecho incluido en la tarea docente. Sin embargo, y a pesar de lo anterior, la inmensa mayoría del profesorado prefiere, y ha preferido, mandar un producto estándar de dudosa valía para el alumnado concreto.
En segundo lugar, estarían los alumnos: ¿necesitan un libro de texto? Normalmente se sule responder a esta cuestión con algo real: los alumnos necesitan un soporte ya establecido sobre el cual comenzar. Es, generalmente, cierto. Sin embargo, que los alumnos necesiten un soporte no implica que el origen de ese mismo soporte tenga que ser un libro de texto pues bien podría ser el propio material del profesor colgado, por ejemplo, en una página web. Así, el alumno tendría ese material, pero al tiempo lo tendría gratis y adaptado a sus condicones. ¿No sería más eficaz tanto en su cuestión pedagógica como económica?
"Libros de texto: el robo que no cesa"
Disponible en  http://www.profesoresfilosofia.es/articulo3.htm

¿Qué nos dice Enrique P. Mesa García? Que los profesores son los que mejor conocen qué deben saber sus alumnos, por lo tanto deben ser ellos los que elaboren los materiales. Esa es la idea general, pero es una idea problemática.
Parecería que lo que deben saber los estudiantes tiene que ver con cada grupo en particular, de ahí  la necesidad de materiales personalizados (esto da para mucho, pero quiero ir aquí al ejemplo concreto). ¿Los profesores tienen, entonces, que elaborar textos diferentes para cada grupo?  Los materiales que el profesor Enrique tienen colgado en su blog, ¿están "adaptados a las condiciones" de los estudiantes que el profesor tiene este año? ¿Qué significa, en este contexto, "adaptar"?
Una rápida mirada a los materiales que el profesor tiene en su blog no permite encontrar ningún indicio de "adaptación": se trata de apuntes sintéticos. Muy sintéticos. A modo de ejemplo, así se explica una de las divisiones de la Filosofía política (la falta de concordancia está en el original).


4.- ANTICAPITALISTAS: MARXISTAS: consideran la esencia del Capitalismo la explotación y negación de la libertad humana. a) MARX: para Marx el Capitalismo se fundamenta en dos hechos: la Alienación, el ser humano no trabaja para la humanidad sino sólo para desarrollar el capitalismo, y la Ideología, existen una serie de ideas que sirven para mantener el status quo social y hacer que la gente vea la realidad deformada. Es necesaria la lucha de clases entre la burguesía, que posee los medios de producción, y el proletariado que trabaja en ellos y debe liberarse de su esclavitud. b) ESCUELA DE FRANCFORT: el desarrollo del Capitalismo se caracteriza por una alta tecnificación y un aumento del bienestar. Sin embargo, es una sociedad totalitaria donde la gente se cree libre pero en realidad no lo es. Este totalitarismo se basa, fundamentalmente, en tres pilares: un falso subjetivismo (donde aparenta que lo más importante es la persona); segundo, un rechazo de la Razón; y, tercero, la aparición de la Razón Instrumental (donde sólo se discute ya la utilidad). 
Uno de los problemas está en la colosal distancia entre lo que se promete como solución (con palabras exaltadas) y las mucho más modestas realidades. ¿En qué supera este texto al de los libros de texto convencionales? ¿Dónde está la "adaptación" que justificaba el no uso de esos libros? Sin lugar a dudas, Enrique es un profesor dedicado, pero de ahí a que tomemos su ejemplo para elaborar una propuesta general... 
Y pobres los chicos... ¿Cómo harán para entender la Escuela de Frankfurt con estas explicaciones?
¿No será más razonable que los chicos estudien con textos preparados por un equipo de sólidos especialistas, acompañados por profesionales de la edición?

Libro de texto y descalificación del trabajo docente

Una de las críticas que se les suele hacer a los libros de texto es que descalifican el trabajo docente. Aquí una muestra, en palabras de Martínez Bonafé.

El libro de texto no es una buena herramienta de trabajo para hacer una buena pedagogía. Porque homogeiniza la cultura y la reduce a fragmentos inconexos de conocimientos disciplinares. Porque no problematiza la realidad y simplifica y trivializa las formas siempre complejas, conflictivas y contradictorias con las que accedemos a explicaciones y hacemos comprensión crítica de la vida. Porque regula, controla, ajena y descalifica el trabajo del profesorado.
Publicat a la revista sindical All i Oli. Quaderns de l'Ensenyament. 2004.
En: http://bonafebloc.blogspot.com.ar/search/label/ARTÍCULOS%20DE%20PRENSA
Lo más interesante de este texto está al comienzo, con la caracterización que Martínez Bonafé hace de los libros de texto, a los que califica, más adelante, de "uno de los artefactos más conservadores y reaccionarios de la pedagogía".
Voy por partes para tratar de entender.

Homogeinizan la cultura. Entiendo que el autor se refiere a los libros que muestran un mundo, por decirlo de algún modo, como si fuera el mundo. Se me ocurren cuatro cuestiones para pensar:
1) Si lo que dice el autor es necesariamente así, si no es posible pensar en libros de texto más abiertos, que den cuenta de un mundo plural.
2) Quizá pensemos que lo anterior no es posible, porque aun cuando el libro dé cuenta de un mundo más plural, siempre lo hará desde una mirada particular. En ese caso, ¿no podría pensarse en complementar el libro de texto con otros materiales, o trabajar con los estudiantes esa homogeinización?  ¿Por qué no es posible leer críticamente los libros de texto?
3) ¿Es posible ser exhaustivo en términos de pluralidad? ¿Hace falta? Es un punto interesante. Ejemplo concreto: si el libro muestra el espacio fronterizo entre Bolivia y Argentina como un espacio permeable, donde la tónica es el intercambio, ¿hace falta mostrar lo mismo con Argentina y Paraguay, Argentina y Chile, etc.?
4) Las alternativas que propone Martínez Bonafe (otros materiales elaborados por docentes), ¿por qué tendrían que escapar a esta lógica de homogeinización de la cultura?

Fragmentos inconexos de conocimientos disciplinares. Esto es más fácil de pensar. La respuesta será "depende del libro". ¿Por qué necesariamente fragmentos "inconexos"? Y nuevamente, ¿por qué otros materiales escaparían a esta fragmentación? ¿Sería posible no fragmentar?  ¿No hay aquí una ilusión de reponer una totalidad que ya se perdió para siempre?

No problematizan la realidad. Depende del libro. No es necesariamente así. Los materiales elaborados por los docentes y los libros "reales" no garantizan una mirada no problematizadora.

Simplifican y trivializan. Me acuerdo de Jerome Bruner, a cuya sabiduría tendré que recurrir una y otra vez en este recorrido: Bruner hablaba de enseñar de manera honesta. Se puede hacer algo más sencillo, para que sea comprensible, y hacerlo de manera honesta. Se puede explicar sin trivializar.

Bueno, y ahora sí, la descalificación de los profesores. Martínez Bonafé cree que dentro de las competencias que un docente debe dominar (y ejercer) está la de ser autor de libros de texto o de materiales semejantes. No puedo extenderme tanto en esta entrada, pero la respuesta es que no, que para hacer libros de buena calidad se necesitan competencias específicas que no todos los docentes tienen. Pero además,¿qué garantizarían los textos elaborados por los docentes? ¿Por que no tendrían estos, por caso, las mismas fallas que los elaborados por equipos editoriales? ¿O es que no existen los docentes reaccionarios y conservadores?

Los libros de texto son libros

Los libros de texto son libros. Esto significa muchas cosas. Señalo algunas muy básicas, tan básicas como poco recordadas a la hora de escribir sobre los libros de texto.

1) Un libro es un objeto portador de texto e imágenes de distinto tipo distribuidos en un número finito de páginas. Como el número de páginas no es infinito, todo libro supone una selección de materiales.

2) Un libro es el resultado final de un enorme conjunto de decisiones --lingüísticas, estéticas, editoriales, políticas, etc.-- que primaron por sobre otras. No hay dos libros idénticos.

3) Un libro es un artefacto con una cierta unidad y organización, y no un simple contenedor de distinto tipo de materiales. Aprender a manejar ese artefacto complejo es un objetivo educativo en sí mismo.

Libros de texto y modelos de enseñanza: el comienzo

En la entrada anterior mencioné otro artículo de Zayas, que aporta un nuevo argumento a su crítica a los libros de texto.  Anoto algunas cuestiones sobre este tema con la idea de retomarlas más adelante.
Dice Zayas: 


Los manuales escolares responden a un modelo de enseñanza caracterizado por la transmisión de conocimientos, por el enciclopedismo y la memorización. Su uso generalizado nos habla de la vigencia de este modelo y de su resistencia a la renovación. 



El problema aquí, me parece, está en ver al libro de texto como un guion didáctico. Es cierto que muchos libros de texto pretenden serlo: paradójicamente, suelen ser los más "innovadores", mientras que los "más tradicionales" buscan adaptarse a distintas estrategias didácticas y diferentes estilos de enseñanza. Los libros "más tradicionales" son libros que desarrollan una serie de contenidos prescritos en el curriculum sin decirles a los docentes qué tienen que hacer. 

Transmisión

Un libro de texto tiene la obligación de presentar la información de manera organizada. ¿Esto es equivalente a decir que "transmiten" información? ¿Sería mejor decir que "comunican"? No me parece nada mal que los libros de texto comuniquen información, que presenten información de manera clara, rica, abierta; con densidad, con inteligencia, con entusiasmo. 

Enciclopedismo

¿Qué tiene que ver esto con el enciclopedismo? No sé a qué se quiere hacer referencia. Ahora que lo pienso, este blog debería incluir algunas entradas referidas a la Enciclopedia, a la de Diderot. Mucha gente habla de enciclopedismo sin saber qué clase de empresa fue la Enciclopedia.

¿Memorización?

¿Por qué el manual está asociado a la memorización? ¿Será porque antes se les hacía a los niños estudiar de memoria? Pero eso no tiene que ver necesariamente con el uso de libros de texto. Cualquier texto de cualquier libro puede estudiarse de memoria o no. 

Voy a poner un poco de color en esta casa con las flores de la plaza de Maipú, Mendoza.